El nuevo valor del espacio post Covid-19

    Gabriel Pérez-Seoane

    Arquitecto Mormedi

    A mi juicio, ya sean espacios privados o públicos, exteriores, ni que decir de los interiores, desde el mundo de la arquitectura, la crisis sanitaria ha traído cambios en el concepto de “espacio” que van a ser permanentes.

    A muchos nos ha pasado que, hasta antes del confinamiento, pensábamos que teníamos la casa perfecta. Claro, era perfecta para dormir, comer y hacer un poco de vida de salón a la hora del telediario. No para hacer vida en casa. Parte de mi familia es danesa y ellos han estado acostumbrados desde siempre a pasar mucho tiempo en casa. En España no somos así, somos muy de salir todo el día, de mucha vida social. Y, de repente y casi por obligación, nos estamos dando cuenta que la casa, nuestro espacio más íntimo, también tiene un sentido muy importante y elementos que no cobraban importancia, ahora son vitales.

    Lo que nos lleva al primer cambio:

    Casas en constante evolución

    Antes uno se construía la casa de una manera y así duraba años. La casa de mi abuela, por ejemplo, es igual desde que nací, con el mismo número de habitaciones y los mismos muebles de roble.   Ya en los últimos años ha tomado relevancia el concepto de casas más funcionales. Cuando uno quiere comprar un piso ve el espacio y las posibilidades de reforma. ¿Que hoy necesito una habitación, pero un par de años más necesitaré dos? No hay problema. Y esto lo podemos ampliar al resto de la arquitectura.

    Hoy los arquitectos creamos pensando en un espacio al que podremos ir añadiéndoles elementos que todavía no sabemos ni que existen. Ya no se construye con espacios justos, se construye pensando en cómo va a evolucionar un edificio en los próximos 50 años. Esto no sucedía antes, hay edificios en Madrid donde no te cabe un ascensor. Y ahora, con la pandemia, los arquitectos nos estamos replanteando cómo deben ser los edificios para evitar los interiores, la sensación de encierro.

    ¿Qué pasará en el interior de los hogares?

    Desde el lado de la distribución interior del espacio privado, el proceso ha pasado a ser aún más dinámico. Durante el confinamiento, personas que viven en 30 metros cuadrados, por ejemplo, han tenido que convertirlos en una sala para hacer yoga a primera hora en la mañana, en su oficina durante el día y en un cine por la tarde. Es darle más usos a los espacios que ya tenemos y eso va a seguir sucediendo, sólo que los espacios van a ser cada vez más versátiles, con el concepto de terrazas desplegables, meses que se vuelven paredes divisoras, entre otros.

    Zonas públicas con espacios multifuncionales

    Desde las aulas de clase a las paradas de autobuses, hospitales o estaciones de tren, el Covid-19 traerá un nuevo concepto de espacios públicos que serán más amplios para poder mantener distancia de seguridad en casos extremos, más abiertos con mas flujos de aire, espacios continuos y adaptables.

    Los arquitectos pensaremos en edificios más amplios de entorno con un espacio central adaptable. Edificios públicos, como ayuntamientos o estaciones, que sean de fácil reducción de gastos, con ampliaciones efímeras. Por ejemplo, las estaciones de tren podrían ampliarse en temporada alta.

    Materiales fáciles de desinfectar

    Por último, un cambio permanente en los espacios públicos tendrá que ver con los materiales que se emplean. Esto está en permanente evolución, por ejemplo, antes se utilizaban cañerías de plomo, hoy está prohibido por normativa. Solo que ahora además de pensar en materiales sanos y amigables con el medioambiente, surge la necesidad de que sean fáciles de limpiar y desinfectar, pensando en pinturas, tejidos. Surgirán más soluciones como las de autolavado que tienen los baños públicos, pero aplicables a otros espacios cerrados que sean de tránsito público.

    El Covid-19 nos ha hecho volver a colocar al ser humano en el centro rodeado de las necesidades más básicas que ya se nos estaban olvidando, como tener acceso a la luz del sol, el contacto físico -que tanto hemos dejado de lado con la digitalización- y el valor a nuestro espacio más íntimo como lo es nuestro hogar. Esta reconexión, no será temporal, y debemos considerarla a la hora de diseñar espacios, experiencias, productos y servicios.

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