
La edición 2025 de Wake Up, Spain! reunió a líderes empresariales, gubernamentales y de la sociedad civil para reflexionar sobre la competitividad a largo plazo del país. El tono era pragmático. Las conversaciones abarcaron todo tipo de temas, desde la energía y la movilidad hasta la inteligencia artificial, la salud, las finanzas y la estrategia industrial. Hay un amplio acuerdo: España está progresando. Pero lo que falta es un sistema que conecte señales aisladas en algo más estructurado, escalable y duradero.
Desde la perspectiva de Mormedi, este cambio del impulso a los sistemas es fundamental. Las capacidades están aquí. La oportunidad es evidente. Lo que se necesita ahora son las condiciones para ayudar a que todo funcione en conjunto de manera más eficaz.
En todos los sectores, vimos fuertes señales de progreso:
- En cuanto a la energía, los líderes destacaron la necesidad de equilibrar la inversión en energías renovables con la preparación de la infraestructura y la resiliencia industrial.
- En el ámbito de la movilidad, las empresas ya están probando flotas autónomas y plataformas impulsadas por la inteligencia artificial.
- En el sector minorista, las empresas se están replanteando la escala y la arquitectura de marca para competir a nivel mundial.
- En la atención médica, las inversiones en diagnósticos personalizados están cambiando el enfoque hacia la prevención y el rendimiento.
No son ideas hipotéticas. Son estrategias reales que ya están en marcha. Lo que las frena no es la falta de ambición, sino la capacidad de ejecutarlas a gran escala. Siguen existiendo las barreras habituales: normas fragmentadas, retraso regulatorio y partes interesadas aisladas que deberían trabajar juntas.
Ahí es donde el diseño juega un papel diferente. No el diseño como una capa estética, sino como un método estratégico para estructurar la complejidad. En todos los sectores, como la aviación, la banca, la infraestructura y el comercio minorista, vemos el mismo problema. El problema no es la imaginación. Es una traducción. Convertir la intención en algo ejecutable. Alinear las ideas con los sistemas, los socios y las operaciones.
Cuando se usa temprano y correctamente, el diseño aporta estructura. Ayuda a tomar decisiones en condiciones de incertidumbre. Crea un lenguaje compartido en todas las disciplinas. Y permite que los proyectos complejos avancen incluso cuando los intereses divergen.
Esta necesidad de alineación surgió repetidamente durante el foro. Demasiadas iniciativas están estancadas en el modo piloto, no porque no sean valiosas, sino porque no están conectadas a sistemas que les permitan escalar. En movilidad, hemos oído hablar de las plataformas de datos para optimizar las flotas urbanas, pero sin la integración entre los operadores, los beneficios siguen siendo parciales. En energía, existen tecnologías prometedoras, como los sistemas de almacenamiento o la previsión basada en la inteligencia artificial, pero la regulación y la infraestructura siguen a la zaga.
No son cuestiones de intención. Son cuestiones de diseño del sistema. No se resolverán con anuncios puntuales o esfuerzos individuales. Lo que se necesita son marcos compartidos:
- Modelos de gobierno que permiten la colaboración
- Plataformas público-privadas
- Estándares de interoperabilidad claros
- Procesos de adquisición que recompensan el pensamiento a largo plazo




Y, sobre todo, coherencia.
Muchas empresas lo dejaron claro: no solo necesitan inversión o visión, sino que necesitan un entorno regulatorio estable. Un marco en el que las normas o la legislación tributarias no cambien de la noche a la mañana. La innovación florece cuando hay previsibilidad. La coherencia no solo genera confianza, sino que posibilita la planificación a largo plazo.
Aquí es exactamente donde se encuentra Mormedi: en la intersección del diseño, la estrategia y la ejecución. Ya sea que estemos ayudando a reimaginar la cabina de un avión, guiando la transformación digital en las finanzas o desarrollando conjuntamente servicios basados en datos con clientes industriales, nuestro objetivo siempre es cerrar la brecha entre la visión y la realidad. La transformación solo se hace realidad cuando los sistemas se implementan desde el primer día, alineando los objetivos empresariales, las necesidades de los usuarios y la entrega operativa.
¡La conclusión más alentadora de Wake Up, España! fue el tono de realismo y urgencia constructiva. Menos ruido. Más concentración. Se habla menos de disrupción. Más información sobre cómo ampliar lo que ya funciona. Las empresas que triunfan en el extranjero no esperan las condiciones perfectas. Actúan con claridad y confianza. Las instituciones públicas están probando servicios que se adaptan a los ciudadanos, no a los sistemas tradicionales. Estos proyectos piloto no deberían seguir siendo excepciones. Deberían convertirse en la regla.
España no necesita reinventar su ecosistema de innovación. Necesita reforzarlo. Pasar del piloto a la plataforma. De un esfuerzo aislado a un estándar nacional. De las asociaciones a los ecosistemas. Esa coherencia solo se logrará a través de la estructura. Y la estructura no mata la creatividad. Le permite escalar.
Los que ganen el próximo ciclo no serán los que se muevan primero, sino los que sepan moverse juntos.
En Mormedi, creemos que el próximo capítulo pertenecerá a quienes puedan cumplir, no solo declarar. La ambición está aquí. La energía es real. Ahora es el momento de construir el sistema que transforme el impulso en una ventaja competitiva a largo plazo.
Vamos a crecer ¡juntos!
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Mormedi tiene respuestas.